La cuenta 446 del Plan General de Contabilidad es Deudores de dudoso cobro.
44. DEUDORES VARIOS
440. Deudores
441. Deudores, efectos comerciales a cobrar
446. Deudores de dudoso cobro
449. Deudores por operaciones en común
Cuenta 446 Deudores de dudoso cobro
Saldos de deudores comprendidos en este subgrupo, incluidos los formalizados en efecto de giro, en los que concurran circunstancias que permitan razonable mente
su calificación como de dudoso cobro.
Figurará en el activo corriente del balance.
¿Cómo se contabiliza la cuenta 446?
a) Se cargará por el importe de los saldos de dudoso cobro, con abono a la cuenta 430, 431 ó 432.
b) Se abonará:
b1) Por las insolvencias firmes, con cargo a la cuenta 650.
b2) Por el cobro total de los saldos, con cargo a cuentas del subgrupo 57.
b3) Al cobro parcial, con cargo a cuentas del subgrupo 57 en la parte cobrada, y a la cuenta 650 por lo que resultara incobrable.
Qué es la Cuenta 446 Deudores de dudoso cobro
La cuenta contable 446 «Deudores de dudoso cobro» es una categoría dentro del Plan General de Contabilidad (PGC) en España que se utiliza para reflejar las deudas que una empresa tiene con sus clientes, pero que presentan un alto riesgo de incobrabilidad. Esta cuenta se clasifica como un activo, aunque con una naturaleza especial, ya que representa cantidades que, aunque inicialmente se consideraron cobrables, se han vuelto problemáticas debido a la situación financiera del deudor o a otros factores.
El registro en la cuenta 446 se realiza cuando se identifica que una parte de las cuentas por cobrar puede no recuperarse. Este reconocimiento de riesgo es fundamental para la presentación fiel de los estados financieros, ya que permite que la empresa no sobrestime sus activos y, por ende, su situación económica. Por ejemplo, si un cliente ha dejado de pagar sus facturas y se encuentra en una situación financiera crítica, la empresa debe clasificar esa deuda en la cuenta 446, reflejando la incertidumbre sobre su recuperación.
La adecuada gestión de la cuenta 446 es crucial para la salud financiera de la empresa. Permite realizar un seguimiento de los clientes que tienen problemas de pago y establecer provisiones para cubrir posibles pérdidas. Además, el control de los deudores de dudoso cobro ayuda a la empresa a tomar decisiones informadas sobre sus políticas de crédito y cobranza, minimizando el impacto de los impagos en su liquidez.